martes, 14 de abril de 2009

Maestro de Villahermosa

Maestro de Villahermosa




Maestro de Villahermosa.San Lucas escribiendo su Evangelio al dictado de la Virgen.Tabla, hacia 1370.
Esta influencia artística continuará hasta 1400, momento en el que los talleres autóctonos empiezan a formular sus propios modelos, alcanzando una de las etapas más maduras de la pintura medieval valenciana, parangonable con lo más bello y refinado que se pinta en Europa en esos momentos. Dentro del siglo XV podemos distinguir dos estilos: el internacional y el flamenco. El primero, que dominará la primera mitad del siglo, está caracterizado por fusionar las diversas tendencias pictóricas en un estilo nuevo de líneas ondulantes y sinuosas, desligado de los arcaísmos anteriores y tendente a un preciosismo refinado y detallista, lo cual puede comprobarse en el italianizante Retablo de Fray Bonifacio Ferrer o de los Sacramentos, obra de extraordinaria calidad y perfección técnica, en la que algunos historiadores creen ver la mano de Gerardo Starnina, o el Retablo de la Santa Cruz, atribuido a
Miguel Alcanyís, obra maestra del momento por su intenso dinamismo y reinterpretación de los modelos del germánico Marçal de Sax. Otras piezas singulares son el Retablo de San Martín, Santa Úrsula y San Antón, de Gonçal Peris Sarrià, un pintor dotado de un elegante y refinado trazo de líneas, que lo sitúa como el más representativo del estilo internacional; la pequeña tabla bifaz de la Verónica de la Virgen y la Anunciación de Gonçal Peris con posible intervención de Pere Nicolau; y finalmente, de este último artista, el desmembrado Retablo de los Gozos de la Virgen, procedente de Sarrión (Teruel) concebido desde los supuestos del gótico internacional más refinado.

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